ellauri062.html on line 782: Entre 1938 y 1941, obtuvo diferentes papeles en filmes alemanes. Mantuvo una muy buena relación con la prensa nacionalsocialista: participó en varios recitales y ceremonias del Tercer Reich y adquirió el estatus y conducta social de una diva. De hecho, se ganó el afecto de Adolf Hitler, quien llegó a enviarle una fotografía personal autografiada. En su momento, fue la musa del ministro de propaganda Joseph Goebbels y otros dignatarios; por ende, su carrera se potenció enormemente y se le abrieron las puertas a la elite alemana ganando un elevado estatus social. Grabó 118 canciones y, por los derechos de autor, sus ganancias en marcos alemanes fueron importantes. Tal fue el éxito obtenido que la personalidad de Serrano adquirió los ribetes de una diva sin sospechar que su éxito era dependiente del régimen. Para Serrano, más que la política importaba el escenario y entregar su talento.
xxx/ellauri068.html on line 195: Durante los años sesenta, su trabajo fue traducido y publicado en los Estados Unidos y en Europa. En 1961 llegó a la fama internacional al obtener el primer Premio Formentor, que recibió junto a Samuel Beckett. En 1971 ganó el Premio Jerusalén; su reputación internacional se consolidó entre estos años, ayudado por la disponibilidad de las traducciones al inglés de su obra, por el éxito de Cien años de soledad de García Márquez y por el boom latinoamericano, aunque su participación en él es relativa.
xxx/ellauri127.html on line 449: Fernando Delgado Sanz, más conocido como El Tuerto de Pirón o Tuerto Pirón (Santo Domingo de Pirón, Segovia, 30 de mayo de 1846 - Valencia, 5 de julio de 1914), fue un bandolero español muy temido en su época que con el tiempo ganó fama de bondadoso, llamado así por tener desde niño una nube en el ojo que cubría con un parche.​ Actuó principalmente en la sierra de Guadarrama y las cuenca de los ríos Pirón y Lozoya. Tuerto tarkottaa silmäpuoli. Ei tää nyt voinut olla sama silmäpuoli, Prosperin novelli ilmestyi ennenkö tää bandiitti oli edes syntynyt.
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